viernes, junio 23, 2006

UN POCO DE MUNDIAL Y COMUNICACIÓN VIRTUAL


Mi Jefe de Estudios es hombre poco oportuno. Hommer y su afición por el soccer no es compartida por él, seguro. Programó con mucha antelación las reuniones de evaluación de fin de curso y, caramba, qué tino ha tenido conmigo. El día y la hora del España-Ucrania, evaluación de 4.º de ESO A. Y esta tarde, a las tres, evaluación del mismo grupo, o sea, que el España-Arabia Saudí, nada de nada. Y con lo difícil que es sentarse frente al televisor con la seguridad casi absoluta de que nuestra selección plural gana un partido con holgura e incluso, valga la expresión, con holganza. Pues no. A fastidiarse, y a cumplir con la obligación laboral a setenta kilómetros de casa para simplemente decir -pruebas extraodinarias se entiende- que nada de nada, que no se ha presentado nadie y que casi todos siguen aprobadísimos.
Hace unos meses, según él en broma, desde mi perspectiva muy pero que muy en serio, le planteé la posibilidad de usar messenger o chat como sustituto virtual desde el domicilio famliar para esas maratonianas y no siempre productivas reuniones de evaluación. Su tecnofobia es acusada, sí, pero aquí llegó a niveles extremos. "No, eso implica pérdida de calidad comunicativa", zanjó con prontitud. Tal vez tenga razón, desde la perspectiva de que la presencialidad ayuda, sí, pero si todos los compañeros nos estamos tropezando día tras día, hora tras hora en el centro, tampoco es tan necesaria como condicionamiento previo. Incluso los alumnos, en parte de la evaluación, podrían asistir como espectadores e incluso como partícipes desde casa. Y desde luego, tendríamos tardes más relajadas. Y yo al menos podría, entre reunión y reunión, mantener mi Web y otros artilugios virtuales gracias a la conexión ADSL muy potente que tengo en casa, nada que ver con la que padecemos los centros, alumnos y profesores, desde hace unas semanas en Canarias de modo incomprensible.
Cuando se lo propuse al Jefe, como todo trabajador disciplinado que soy, ante su respuesta, opté por la prudencia. Tampoco estaba del todo convencido. Ahora sí, más tras la reunión de madrugada Buenos Aires-Salta-Teruel-Tenerife, tres horas de comunicación virtual transoceánica con mucho mucho mucho contenido y feeling. Incluso la virtualidad extrema la exquisitez en el trato, elemento que no siempre cuidamos suficientemente desde la perspectiva de la presencialidad. Pues sí, tenía razón. Hay que hacer reuniones de trabajo virtuales en centros presenciales.
Volviendo al tema inicial, que me entretiene lo suyo, ayer el Mundial me dio una alegría. Desde hace algunos años soy un admirador del muy ansioso jugador del Milan AC, Pippo Inzaghi, cuyas ganas de jugar llegan a los niveles que comenta La Gazzetta dello Sport. De hecho lo llegué a conocer hace unos años de una forma algo accidental. Cinco minutos de conversación compartida con otros no da para mucho, pero al menos sí he conocido a un crack del fútbol, de esos que tienen contratos de seis millones de euros. No es el mejor delantero centro del mundo, ni siquiera de Italia. Tampoco es un prodigio de virtudes ni algunos de sus valores (oportunismo, individualismo...), son los más correctos políticamente hablando, aunque secretamente los compartimos, yo el primero. Pero, en cambio, Pippo destaca en otros, incluida la generosidad y su preocupación por la educación y la atención de la infancia y la juventud. Ayer demostró con creces en el partido frente a la República Checa que sigue siendo un buen ejemplo de pundonor, constancia, habilidad... Estuvo en el sitio justo en el momento justo. La vida es así, una jugada donde hay que rematar el gol. A veces llega tarde, y las más, pronto, demasiado pronto, y cae en el fuera de juego. Es el líder mundial del fuera de juego, pero es normal, es ansioso y siempre juega al límite. Pero ayer metió un gol y para todos aquellos, entre los que me incluyo yo, que no somos los mejores profesionales pero que le ponemos pundonor, y a veces un rayito de inspiración y hasta de acierto, ayer Pippo nos metió un gol por todos. Forza Pippo, Forza Milan... Y España, al menos, llegará a semifinales. Eso esperamos muchos.

PD: algunos compañeros masterizados sienten interés por la simpsonmanía que ven extenderse. Les dejo este
Imaginaria de mucha calidad sobre el fenómeno Simpson y que amplía contenidos en su momento publicados en El País. Por si alguien está afectado o tiene a alguien así a su alrederor, real o virtual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mí el blog de Luís me gusta mucho, no sólo por la calidad de los contenidos sino también por la redacción de los mismos. Destaca el uso impecable del idioma español, que sirve como instrumento para plasmar de una manera sumamente amena lo que se desea expresar. Enhorabuena.