No es una bici, aunque tampoco puede ser un coche porque no tiene edad; emplea la fuerza en sus misiones, pero no recurre a armas sino a artes marciales y a la picardía del guionista de no ponerlo mucho en el objetivo de ninguna pistola, al menos a distancia; lleva mochila al hombro, pero seguro que no va cargada con libros. Alex Rider -Alex Pettifer en el cine-, el genial personaje de catorce años ideado por el novelista juvenil Horowitz, está llamado a ser el nuevo ídolo de los niños y adolescentes de medio mundo tras el fenómeno Harry Potter. Vamos a meter a Alex en las aulas, vamos a intentar entre todos ayudarlo a formarse, a saber más más sobre el MI6, una verdadera llave a la Historia de Gran Bretaña y del mundo del siglo XX, nuestro pretexto motivacional para la concreción curricular de Historia del Mundo Contemporáneo del próximo curso en 1.º de Bachillerato.
Alex Rider apenas tiene catorce años. Es un estudiante brillante en Brookland School, un instituto británico que conjuga tradición y tecnología en proporciones equilibradas. Pero Alex no es un chico normal. Sus padres, también espías, murieron asesinados en uno de los últimos coletazos de la lucha que el MI6 mantuvo con la Unión Soviética a finales de la Guerra Fría. Su tío, también, hace muy poco, con similares personajes por medio pero en un contexto nuevo de amenazas para el orden -¿desorden?- mundial -¿occidental?-, o sea, armas de destrucción masiva y hackers informáticos la mar de peligrosos. Pero ojo, no es familia de James Bond, aunque todos trabajaban para la misma empresa.