viernes, junio 23, 2006

DE CÓMO EL PROFESOR SKINNER HA HECHO SU TAREA Y BART SE FIJA LA BRILLANTINA (GREASE)


Las actividades 1 y 3 están prácticamente acabadas. De la tres, a falta de completar el marco teórico, ya les puedo colgar el desarrollo Web –weblog, no puede ser de otra forma-, de una actividad que todavía no sé muy bien si cumple o no las condiciones “impuestas” por el profesor David. Lo comprobaré, lo comprobaré… Tiempo. Aquí les dejo una muestra de cómo Skinner ejerce de diseñador de contenidos y tutor virtual de mis doctos alumnos y alumnas del Atlántico Central, desde la elementalísima escuela primaria de Springfield. Pretende enseñar a mis chicos y chicas los secretos del comentario de texto histórico libre o no dirigido. Se necesita bastante scroll. En otro post futuro, colgaré alguna producción de otras actividades. Prometo no poner nada de "teoría didáctica". Horror!

Ahora donde tengo que aplicarme es en la tarea número 2, la del proyecto telemático cooperativo con el dream team del módulo 9. Estoy visitando los blogs, especialmente el de Victoria, y hay que ver qué interesantes son algunas de las búsquedas. Me gusta mucho, por ejemplo, la Web Te acuerdas. No la conocía de nada y es simplemente sorprendente. Es una licencia para la nostalgia de quienes ya apuntamos hacia los... Sí conocía, y de hecho he utilizado, otra, bastante más conocida, que toma como centro de interés para objetivo más o menos similar, la serie televisiva Cuéntame cómo pasó. La familia Alcántara puede ayudar mucho a aproximarnos al conocimiento social, especialmente de la vida cotidiana, del franquismo de los sesenta y principios de los setenta. En Historia de España, 2.º de Bachillerato, he recurrido a ella, eso sí, desde una perspectiva muy instruccional, para analizar aspectos sociales (éxodo rural, secularización, oposición sindical, movimiento vecinal…). La Web, que exige registro para la mayor parte de los mejores servicios, está francamente muy bien. Te acuerdas, Cuéntame…, un género.


En el proyecto telemático me ha tocado trabajar con la película Grease. He comprado el DVD de este conocidísimo musical de finales de los setenta ambientado en una escuela de secundaria de los años cincuenta, en una ciudad de Estados Unidos, en algo así como un Springfield simpsoniano, eso sí, terriblemente adulcorado. De mi infancia, sí, infancia, tengo el evanescente recuerdo del furor que entre mi hermana y sus entonces adolescentes amigas generaba John Travolta y su brillantina (grease). Con franqueza, La peli está interesante, y tiene la gran virtud de ser corta, o sea, te deja con ganas. Los temas musicales ya sabemos, los hay excelentes, como “Sandy", y otros menos buenos. Pero en fin, se puede ver. No la he puesto, ni siquiera un fragmento, pero creo que alumnos adolescentes de hoy les resultaría agradable. Sorprende, y más desde la perspectiva histórico urbana que pretendemos darle al trabajo común, que, de hecho, más que cambios, lo que uno identifica son continuidades. ¿Qué poco ha cambiado la escuela? No hay ordenadores, pero sí aquellos altavoces gigantescos de pasillo. Y las recurridas taquillas, el gran invento que todos los chicos y las chicas, desde los casi quince años de docencia que llevo o sobrellevo, incluye siempre como la necesidad más urgente de su centro. Lo que hace Hollywood.

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