Según avanza el máster, y ya vamos por nueve meses, es hora de retratarse. ¿Qué sé hacer y qué no sé hacer? A la hora de afrontar la tarea final del módulo de Ciencias Sociales con poco, muy poco tiempo, resultan más evidentes si cabe, las debilidades y las fortalezas. Técnicamente he aprendido mucho, muchísimo, pero sigo sin dar la batalla de forma eficiente en algunas trincheras. Sé utilizar Dreamweaver pero me muevo con poca soltura. Un desarrollo me cuesta horrores, y es una debilidad que tengo que superar más pronto que tarde porque nuestro moodeliano proyecto tiene fijadas metas exigentes en ese terreno. Flash también es mi asignatura pendiente y en este módulo lo pago, porque en un día no puedo hacer prodigios técnicos para la tarea número 4. El audio tampoco es mi fuerte, vaya. Audacity lo controlo y he hecho cositas con él, pero no va a marcar diferencias. Esas son mis debilidades confesadas. Mis puntos fuertes pues son más o menos los que ya lo eran hace unos meses, pero con más fuerza si cabe, modestia aparte. Huelga entrar aquí en detalles porque la vanidad propia, siendo aún mucha, tiene aún algún límite. En terrenos técnicos he de reconocer que piso firme y muy a gusto con Hot Potatoes. Realmente este programa, que no conocía hasta que Sergi Roura nos lo introdujo con tanta presión como eficacia virtual, no era para mí muy de mi gusto. Lo veía formal, con pocas posibilidades de conjugar contenidos, actividades. Incluso los desarrollos que conocía, por lo demás, bastante abundantes, me parecían muy pero que muy poco variados y creativos. Pues de eso nada. El programa da muchas, muchísimas posibilidades para realizar desarrollos muy de mi gusto. Puedo dar rienda suelta a mis conocimientos de html, y prácticamente en el ámbito de la imagen, las posibilidades son infinitas. Y la edición Web, fantástica, fácil y vistosa. En audio tiene límites, seguro que menores que los que a fecha actual encuentro, mas no todo es perfecto. Ya he desarrollado dos para el máster, uno sobre cómo aprender a hacer blogs, en el módulo 4, Todoblog, y uno segundo, en el módulo 5, sobre la sociedad y la revolución industriales, Jack el destripador y la sociedad victoriana. Pues en este módulo, intentando un engarce con la actividad del tema 1, el prodigioso viaje de los Simpson a Finlandia para asistir a la inauguración de la nuclear de Olikuoto, Bart y familia prolongan su estancia en Europa con un tour de diez días más en los que visitan las diez capitales de los estados que entraron como miembros de la Unión Europea en 2004. En 4.º de ESO, en Ciencias Sociales, hay que conjugar el estudio de Historia del Tiempo Presente con la Geografía descriptiva política. El próximo curso, si doy clases en ese nivel, podré emplear el recurso. Realmente lo que subyace tras el desarrollo es una caza del tesoro camuflada, aunque no hay ni gran pregunta ni se exige el trabajo colaborativo en grupo. Aquí Bart sí da rienda suelta a su individualismo made in USA.
sábado, julio 01, 2006
FIN DE MÓDULO
SOBRE LA MOTIVACIÓN DEL JUEGO MULTIMEDIA Y OTRAS REFLEXIONES MODULARES
Nuestra contribución como docentes a la producción multimedia ad hoc responde siempre a la necesidad de ajustar el producto al público, y esa adaptación no es otra que la pretensión última de adaptar nuestra práctica docente –en este caso, nuestra producción de recursos multimedia-, a los objetivos formulados en un grupo de clase (programación) o de forma más concreta, en un alumno o alumna (adaptación curricular). Y eso es tan viejo como la enseñanza misma, desde la Escuela de Atenas clásica hasta la enseñanza virtual del siglo XXI, claro está, unas veces pretensión explícita, las más, implícita.
LA REVOLUCIÓN DE LOS BLOGS
Con los blogs me sucede como con aquellas personas de la vida que uno ha conocido pero no sabe muy bien cuándo fue esa primera vez. Si dijera cómo aprendí a hacerlos, mentiría, porque ese ha sido un ejemplo de aprendizaje informal. Supuestamente enseño a hacerlos, a mis alumnos y a algunos compañeros profesores en cursos de didáctica, pero a fuer de ser sincero, más bien son ellos, algunos de ellos, los que me aportan ese punto final de conocimiento que me permite mejorar mi trabajo con ellos día a día. Si dijera cuándo vi uno por primera vez, tampoco podría responder, porque seguro que fue algún día, navegando, cuando saltando de página en página, me tropecé con uno. Si les dijera cuántos he hecho, de responder, también les tendría que mentir, porque no lo sé, bastantes tal vez. Mantener, mantener, éste y alguno más.
Esto de los blogs, con franqueza, es lo más parecido a una revolución fantasma. Va a haber, hay ya, un antes y un después, incluida la enseñanza, pero las transformaciones políticas y sociales que va a producir están aún por ver. Le invito a leer el libro de José Luis Orihuela, La Revolución de los blogs, de edición recientísima. Lo he comprado y descansa ya sobre la mesilla de la cama a la espera de ser abierto en alguna noche veraniega de insomnio. Si de aquí a unas horas leo algo interesante, les prometo contar algo.
Los blogs gustan bastante. En mi centro de trabajo, tan autocrítico él, dirían que muchísimo. Yo que soy más prudente, matizo. A fin de cuentas, a nuestros alumnos y alumnas cada vez menos cosas de las que les presentamos en las clases les sorprenden. Por fortuna, probablemente. Su entorno cada vez les enseña más, y eso es bueno, vaya. Muy bueno, aunque sea a costa de nuestra vanidad como misioneros del conocimiento. Reflexiono y reflexiono sobre ese gusto, y creo que, otras interpretaciones aparte, probablemente el secreto está en que proyecta muy bien dos de las circunstancias humanas más marcadas y al mismo tiempo contrastadas: exhibicionismo y timidez. Se muestra aquello que normalmente, en un marco de comunicación presencial, no se diría, ni se enseñaría… Se busca en la recepción individual, distante del mensaje, cierta complicidad, una aceptación pasiva o una incitación a una participación activa en torno a temas que son centros de interés compartidos, y que difícilmente tendrían cabida en la sesión presencial de clase. Los contenidos paracurriculares son tanto o más interesantes que los propiamente curriculares. Y uno, como profesor, al leerlos, tiene un poco la misma sensación del espectador de la animación inicial de Grease, entrar en sus habitaciones, en ese pequeño templo de la intimidad de cada uno: futbolistas, actores y actrices, cantantes, personajes de ficción, sueños profesionales también… Y uno, que en clase se enreda, como no puede ser de otra forma, con el Desembarco de Normandía o con la Construcción del Muro de Berlín, claro, tiende a abandonarse un poco a la realidad de que frente a uno lo que hay es adolescentes cuyos pensamientos están en un universo muy interno y convulso de inquietudes, que, como no quiere la cosa, se desliza de forma más o menos sigilosa, entre tarea y tarea publicada en sus blogs. Como éste. Y es que todos buscamos discretamente darnos a conocer tal como somos y un poco de reconocimiento.