sábado, julio 01, 2006

SOBRE LA MOTIVACIÓN DEL JUEGO MULTIMEDIA Y OTRAS REFLEXIONES MODULARES

Aunque Homer es incapaz de diferenciar el sabor entre dos rosquillas distintas, en esto de la enseñanza, igual que en la cocina seria, más que recetas, lo que hay es platos. Por mucho que uno pueda leer, estudiar, incluso imitar la realización de actividades tipo, al final, uno imprime su propio estilo y define su propia tipología, igual que todo cocinero que se precie se distingue de otro por la cantidad de sal, el tiempo de cocción o el famoso “secreto” de su plato más apurado.
Pretendemos hacer una webquest, y nos sale otra cosa, que tiene más forma que fondo o fin respecto al modelo teórico inicial. En este sentido son enriquecedoras las reflexiones del profesor Manuel Área Moreira , de la Universidad de La Laguna. Y si lo que pretendemos es hacer una caza del tesoro, también les sugiero la lectura del trabajo del profesor Jordi Adell , de la Universitat Jaume I, que, como ya vemos, al final no se aparta mucho, eso sí, en soporte multimedia, de las antiguas búsquedas bibliográficas que explotan los más profundos y motivadores recursos didácticos: la curiosidad y la competitividad. Y entre niños, eso se llama juego. Y entre los menos niños, también.
Nuestra contribución como docentes a la producción multimedia ad hoc responde siempre a la necesidad de ajustar el producto al público, y esa adaptación no es otra que la pretensión última de adaptar nuestra práctica docente –en este caso, nuestra producción de recursos multimedia-, a los objetivos formulados en un grupo de clase (programación) o de forma más concreta, en un alumno o alumna (adaptación curricular). Y eso es tan viejo como la enseñanza misma, desde la Escuela de Atenas clásica hasta la enseñanza virtual del siglo XXI, claro está, unas veces pretensión explícita, las más, implícita.

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